La marca del autor a través de Prisioners of the Ghostland

 El otro día vi una cinta pendiente desde hacía tiempo ya: Prisioners of the Ghostland. Y, viéndola, me surgió esta reflexión sobre la marca de autor.



No voy a entrar en la calidad cinematográfica de la propia cinta, tiene sus altibajos y eso es innegable. No obstante, otro punto que no puede omitirse es que es una cinta que se queda contigo. Sono crea una obra polarizante que surge de todas sus filias y fobias como creador para ofrecer un producto que es suyo.

No digo que todas las cosas (iba a decir obras, pero creo que es más extrapolable a cualquier cosa) necesite ser así de personal, pero si creo que muchas veces buscamos la perfección cuando realmente necesitamos personalidad. El crear algo que exuda nuestra personalidad, nuestro corazón y alma, le da una esencia que remite a nosotros. Y , si eso cautiva, logramos que el espectador (o comprador, llamadlo como queráis) quede apegado a nosotros, no tanto a la obra. Quizás implique más riesgo, pero también un resultado más potente.

¿Vosotros que pensáis?


https://youtu.be/CeIfnDc0jvA?si=DnhobjRBiZxoTlCd

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