El uso del espacio en el cine

 Una pequeña reflexión sobre el uso del espacio en el cine.

Ayer, gracias a la Fundación Cajasol, pude ver en el cine Harry el Sucio, el policiaco brutal a modo de neo western que dirigió Don Siegel.

Se trata de una película interesante por muchos motivos, aunque a mi me destaca enormemente por su control de los espacios, la manera que tiene de crear un metaverso propio con San Francisco y volverlo un infierno muy particular: un lugar peligroso, abandonado a su suerte por todos, repleto de maleantes, criminalidad, mugre y espacios aislados donde suceden cosas a espaldas de la ley y el orden.

Y da la casualidad que este tema resuena conmigo de sobremanera últimamente pues justo el otro día veía también el reestreno de Asalto en la comisaría del Distrito 13, donde Carpenter ya muestra su filia con los entornos cerrados con una pericia enorme.

El control del espacio no solo es importante como punto formal a la hora de delimitar una iluminación o unos tiros de cámara sino que se vuelve una herramienta narrativa, un personaje más que actúa , siente y padece como cualquiera de los actores. Ese protagonismo puede ayudar a ver una historia como algo. vivo. El espacio no es un mero telón de fondo, es la sangre que corre por las venas de la película y todo buen cineasta debería cuidarlo en la medida de lo posible.

Ténganlo en cuenta para sus próximas obras y no le perdáis el ojo a la próxima película que veáis, porque puede que con esto en mente podáis apreciarla mejor.



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