Algo sobre el guion de Sinners, de Bryan Coogler
El fin de semana pasado fui a ver Sinners, de Ryan Coogler, y me dio por sacar una enseñanza interesante de ella a la hora de entender como se tiene que plantear un guion.
Pensemos que es una película que se vendió, y que en realidad consigue rellenar esas expectativas, como un retro-clon de Abierto hasta el amanecer. Hablamos de violencia a raudales en una historia loca y pulp. Y Coogler dedica una hora entre de sus dos horas y poco de metraje en presentar personajes y situaciones. Con calma, desenmarañando el heterogéneo grupo de antihéroes que formaran a nuestros protagonistas.
Así sobre el papel parece que va en contra del mismo espíritu de la película. No obstante, no solo funciona, sino que Abierto al amanecer hacía lo mismo. La cinta de Robert Rodriguez tomaba como media hora de su hora y media en estallar. Necesitas a esos personajes para que el festival de monstruos y hemoglobina te importe algo, necesitas manejarte lo suficientemente bien en el realismo (gánster y drama racial en Sinners y road movie y secuestros en Abierto hasta el amanecer) para que cuando el fantástico irrumpa de verdad sientas, igual que los personajes, el frenetismo, la ansiedad, la percepción de que el mundo se desmorona frente a ellos. La destrucción de la normalidad, eso es lo que vuelve un guion trepidante, de esos que aceleran el corazón.
Y, tomemos esto como la gran lección de esta película, si queréis pasar ese techo de desarrollo sin aburrir necesitáis carisma. Carisma a raudales. Todos vuestro personajes deben de ser vibrantes. Todos. Y si además hacéis como en Sinners y le dais trasfondo y mini arcos argumentales a todos pues que deciros. Pleno.
Sinners me ha gustado mucho, pero en especial la considero interesante por lo cuidadísimo de su guion. Muchas cosas a aprender de esta cinta, sin duda, pequeñas cosas que poco a poco construyen un perfecto castillo de naipes.
¿La habéis visto?
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